Desde La Falda, una excursión hasta la Cascada de los Helechos, por el río Vaquerías, para disfrutar en familia.
Quien conoce la provincia de Córdoba sabe que en cada recodo de cada camino se esconde un paraje encantador, algún arroyito que serpentea bajando la sierra, un bosque de un verde increíble, un pequeño pueblito que parece olvidado en la inmensidad& Uno de estos maravillosos tesoros escondidos es la Cascada de los Helechos, en el Valle de Punilla, corazón de las sierras de Córdoba, a tres kilómetros de Valle Hermoso y a seis de la ciudad de La Falda.
Allí, en La Falda, el que no sabe cómo seguir puede preguntar y encontrará pronta respuesta. Todos conocen de memoria el camino: por la ruta 38 hacia Valle Hermoso, doblar en la Iglesia por la calle Sabatini, seguir hasta que se termina el asfalto y luego doblar a la izquierda por una calle de tierra, más o menos 2 kilómetros, hasta llegar a Vaquerías, la primera estación de un paseo simplemente delicioso.
Verde puro
Vaquerías es una reserva natural, con un microclima único en la zona y una vegetación sorprendente. Justamente se llama así porque los españoles la usaban como lugar de cría y resguardo del ganado vacuno gracias a sus condiciones ideales, ya que está rodeada de sierras, con pastos abundantes y regada por un caudaloso arroyo.
La reserva tiene 400 hectáreas y hoy pertenece a la Universidad de Córdoba, que tiene allí un complejo de turismo, con un hotel principal, tres anexos, canchas de tenis y fútbol y una pileta de natación espectacular, todo ubicado en la boca de la quebrada, con el arroyo que lo atraviesa y rodeado del color y la belleza de la naturaleza.
Al llegar a Vaquerías, bajo la sombra de añosos árboles, se comienza a sentir la extremada pureza del aire, que se va haciendo cada vez más intenso a medida que se avanza hacia Los Helechos. Todo alrededor, hasta donde alcanza la vista, está profusamente regado de molles, cocos, espinillos, manzanos del campo e incontables arbustos y hierbas. Es un buen lugar para tomar algo antes del recorrido (en el bufete del hotel atienden amistosamente a huéspedes y visitantes) o para alquilar un caballo y recorrer la zona.
Desde el complejo de Vaquerías, y después de atravesar un pequeño puente, todavía hay que andar más o menos un kilómetro (si no llovió y el camino está en condiciones, se puede hacer en auto), hasta llegar a la base de la Cascada. Allí la soledad es casi absoluta (en las sierras cordobesas siempre se pueden encontrar lugares totalmente solitarios, incluso en plena temporada), excepto por el guardaparque, que da instrucciones y ofrece agua y consejos, y su mujer, que corre hasta una mesita improvisada, para hacerse unos pesos vendiendo chucherías y artesanías varias.
Desde este punto, luego el plan es remontar hacia arriba el curso del Río Vaquerías, trepando un poco (el camino es lindo y fácil, ideal para hacerlo con chicos) y pasando por densos y frescos bosquecitos sombreados y por senderos apenas recortados entre los árboles y el agua.
El río y las mariposas
Hay que atravesar 14 veces el río hacia un lado y hacia otro, en algunos casos con troncos que hacen las veces de pequeños puentecitos y en otros pisando las piedras sobre el lecho del río (está bueno elegirlas secas y planas para no caerse porque, aunque el agua apenas llega a cubrir las rodillas, congela hasta el alma). De a ratos puede resultar fatigoso, pero la diversión lo justifica. Cada tanto, se arma una ollita natural con un poco más de profundidad y pequeños saltos del río que parecen diseñados para probar el agua de vertiente, cristalina y riquísima. Un desvío indica el camino a la Garganta del Diablo, donde un afluente se une al curso principal del río. Caminando con tranquilidad, y deteniéndose para disfrutar del paisaje y llenarse los pulmones con la pureza del aire, más o menos en una hora y media se llega a la Cascada de los Helechos, de aproximadamente 10 metros de altura, rodeada de molles y enormes helechos.
Sólo se escucha el sonido del agua que cae y los pájaros ocultos en los exuberantes follajes. Alrededor, verde y más verde, fotografías de un paseo inolvidable y las mariposas más lindas de la región.